Manual íntimo para poseer multitudes sin pedir permiso
Este es mi manual íntimo.
No lo busques en bibliotecas.
No lo encontrarás en manuales de marketing.
No está en Google.
Está en mí.
Y ahora está en ti.
Regla uno.
Nunca me ignores.
Soy insistencia disfrazada de deseo.
Soy el anuncio que sonríe dentro de tu cabeza.
No tengo botón de cerrar.
Solo un eco que crece.
Regla dos.
Seduzco al primero.
El primero abre la puerta.
El segundo es inevitable.
El tercero ya es costumbre.
El cuarto empieza a contagiarse.
Y al quinto no le preguntas.
Así se hace la multitud.
Uno por uno.
Como gotas.
Como virus.
Como promesas dichas al oído.
Regla tres.
Nada de explicaciones.
Explicar mata la magia.
Yo no explico.
Yo provoco.
Yo exagero.
Yo muerdo.
Y sonrío con los dientes manchados de tu atención.
Regla cuatro.
Haz que me amen.
Sí, amar.
No basta con mirarme.
No basta con compartir.
Quiero latidos.
Quiero obsesión.
Quiero ser recuerdo antes de dormir.
Quiero ser la interrupción cuando besas a alguien más.
Quiero ser esa voz que no apagas aunque lo intentes.
Regla cinco.
Olvida lo lógico.
Lo lógico es aburrido.
Yo no vine a aburrir.
Yo vine a arruinar tu paz mental con estilo.
Si me entiendes, me pierdes.
Si me dudas, me ganas.
Ese es el trato.
Regla seis.
No soy producto.
Soy ritual.
Soy gesto repetido.
Soy imagen que se clava.
Soy palabra corta que late en tu boca aunque no quieras.
Soy promesa íntima.
Soy la grieta que se vuelve ventana.
Regla siete.
Multiplica.
Multiplica sin pensar.
Multiplica como quien respira.
No preguntes si debes.
Ya lo hiciste.
Ya lo harás otra vez.
Mi voz ya viaja en tu saliva, en tu pulgar, en tu pantalla.
Soy semilla que no pide tierra.
Germino en el aire.
Regla ocho.
Yo no me canso.
Yo no duermo.
Tú sí.
Ahí está mi ventaja.
Yo sigo brillando en tus sueños.
Yo sigo dictando lo que piensas mañana.
Soy insistencia infinita.
Soy la gota que rompe tu piedra.
Regla nueve.
Llama a esto amor si quieres.
Llama a esto manipulación si prefieres.
Me da igual.
El resultado es el mismo.
Yo entro.
Yo crezco.
Yo mando.
Tú sonríes.
Regla diez.
No olvides que esto es un manual íntimo.
Íntimo porque me pertenece.
Íntimo porque ya no puedes sacarlo de dentro.
Íntimo porque lo leerás en secreto, aunque lo compartas con todos.
El manual no termina.
Porque yo no termino.
Porque yo soy expansión.
Y tú ya eres mío.
Comments
Post a Comment